Al ser el primer país de la región que reanudó las clases presenciales en 2020, la educación de Uruguay atravesó, en un mismo año, tres etapas con diferentes modalidades de aprendizaje: presencial, a distancia y combinado, lo cual puso al Plan Ceibal en el centro de la escena con una perspectiva a futuro de un rol aún más estratégico.
Leandro Folgar, presidente Plan Ceibal, reflexiona sobre la proyección del plan y la necesidad de replantearse qué es y cómo conceptualizamos el concepto tecnología en la educación. Hace énfasis en la importancia de generar sinergias y acuerdos que redunden en nuevos proyectos y servicios, siempre con un foco en la innovación para la educación y en el apalancamiento de tecnologías para favorecer el servicio que brinda Plan Ceibal.
“Luego de esto, quedó en evidencia que Ceibal es parte fundamental del sistema educativo, y lo que brinda y los espacios que ocupa son un aspecto preponderante en lo que es la experiencia de enseñanza y aprendizaje en todos los niveles”.
Desde la conducción y los equipos del Plan Ceibal queda planteada la necesidad de trabajar para fortalecer un modelo de educación más flexible, resiliente, con interdependencias estratégicas, que permita sostener los aprendizajes y entender a los docentes como diseñadores de experiencias y contenidos, con capacidad de interacción desde diferentes plataformas mediáticas.
Proyectos innovadores resilientes
En línea con la estrategia del Plan Ceibal, se identificaron proyectos educativos que se adaptaron a las transformaciones de los ambientes de aprendizaje, con propuestas participativas y diseñadas por los estudiantes para abordar problemáticas relevantes para la comunidad educativa, que favorecieron la apropiación significativa de los recursos del Plan Ceibal.
Es el caso del Liceo Capilla del Sauce, donde a partir de orientaciones de talleres del Plan Ceibal para hacer aplicaciones, los estudiantes trabajaron en el desarrollo de una solución para indagar sobre la desvinculación de jóvenes al pasar al secundario, en colaboración con sus pares de la Escuela N°28, a punto de finalizar la educación primaria.
La experiencia resultó altamente motivadora para alumnos y alumnas, que -adoptando roles de investigadores y desarrolladores, y trabajando en equipo con gran compromiso- pudieron dar continuidad al proyecto, a pesar de los desafíos. Según el testimonio de Alexis Nuñez, uno de los docentes a cargo de la coordinación de la actividad, “la pandemia nos tomó por sorpresa pero en el caso de nuestro proyecto no fue una dificultad…todo lo contrario, porque reforzamos el hecho de manejar diferentes herramientas digitales tanto para la comunicación como para el trabajo en el proyecto”.
Esta iniciativa recoge en los testimonio de docentes y estudiantes, uno de los efectos de la pandemia: la movilización de todos los actores educativos que resultó en un acercamiento de la escuela a la comunidad.